Activision quiere que el próximo juego de Bungie, creadores de Halo, se convierta en un éxito instantáneo. Es por ello que la compañía norteamericana va a invertir en conjunto más de 500 millones de dólares entre su desarrollo y promoción, una cifra que supera los presupuestos de muchas superproducciones de Hollywood y que dobla el presupuesto estimado para uno de los juegos más grandes de los últimos años, Grand Theft Auto V, en torno a los 260 millones de dólares.
La compañía parece querer asegurarse de este modo una franquicia potente que les permita continuar el nivel de beneficios que ha generado en la última década Call of Duty, saga que pese a su popularidad, ha comenzado a decaer ligeramente en ventas coincidiendo con el final del ciclo de Playstation 3 y Xbox 360. Ese descenso hizo que en 2013 los beneficios de la compañía cayeran en un 6 %.
El juego está previsto que llegue en Septiembre a las actuales cuatro consolas de Microsoft y Sony, algo que podría poner en ventaja a Activision frente a su más directo rival en el ámbito de las "third parties", Electronic Arts, que de momento ha preferido reservar su aclamado Titanfall en las plataformas de Microsoft y PC.
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